La legislación otorga el privilegio de que los usuarios puedan jugar en plataformas virtuales donde se practiquen juegos de azar siempre y cuando dichas actividades estén reguladas por la ley en el lugar donde radique. Por otro lado, debido a restricciones impuestas por algunos gobiernos, los operadores de casinos no pueden ofrecer sus servicios libremente, aunque los jugadores en general poseen la libertad para hacerlo sin problema alguno.